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miércoles, 8 de marzo de 2017

PODER DE LA INTENCION


La intención se define como el propósito firme y duradero de toda persona que busca realizar una meta determinada. El poder de la intención es la causa directa de una coordinación de eventos en tiempo y espacio favorables hacia un logro o una meta determinada. Para la gran mayoría de personas este es un proceso inconsciente al cual no se le presta mayor atención, debido a que como es algo que no se puede cuantificar o
medir palpablemente no se entiende y se olvida, aunque se intuye, pues no todo proceso de logro de metas u objetivos acarrea un patrón de desarrollo de acontecimientos similares. Esto hace necesario desarrollar facultades menos rígidas y más creativas del cerebro, como las que encontramos en el hemisferio derecho que es la parte fundamental de la creatividad, la trascendencia, la intuición y el razonamiento espacial. 
Para lograrlo, primero debemos hacer unos ejercicios mentales de enfoque práctico de objetivos como los siguientes: 

1. Definir exactamente qué es lo que se quiere en tiempo y espacio real sin preocuparse de los detalles que muestren de manera lógica como es que se va a lograr aquello que se persigue.

2. Visualizar el objetivo o la meta cumplida a manera de contemplación e involucrar el mayor número de sentidos posibles en esa interiorización como: la vista, el tacto, el olfato y el oído, incluso el gusto si estamos hablando de un sabor particular que debe producir esa meta u objetivos anhelados. 

3. Silenciar la parte consciente de la mente y especialmente al hemisferio izquierdo del cerebro que es tan crítico, lógico y secuencial. Esto se logra dándose permiso mental para observar una escena deseada y esperada sin juzgar la posibilidad de la ocurrencia del evento en un futuro cercano. 

Para unas personas es más sencillo visualizar escenas, para otras escuchar sonidos y para otras sentir texturas o contactos con superficies, el gusto y las emociones. Esto se conoce en PNL (Programación Neurolingüística) como el desarrollo del sistema primario, aunque no se descarta y antes ayuda mucho hacer un esfuerzo por complementar ese sentido particular con otros de necesaria aplicación y utilización en la vida diaria. Esto quiere decir que si eres primordialmente visual debes desarrollar tu sentido auditivo y cenestésico (gusto, tacto y emociones) escuchando los sonidos cuando se ha materializado tu intención y sintiendo las emociones correspondientes, el tacto y el gusto del momento o invertir el orden de los mismos según corresponda a tu inclinación natural.
La idea con estos ejercicios es hacerlos por espacio regular de 21 días, tiempo en el cual se desarrolla en promedio un hábito, mínimo una vez diaria para motivar e incrementar el nivel de creatividad e intencionalidad. Con esto lograrás convertirte en un ser conscientemente dotado del poder de la intención y con esto aumentará significativamente tu creencia y tu fe en los acontecimientos favorables futuros.


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